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Cámara de vídeo: Clara Gómez
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Bloqueados por el caos
Alicia Pita | Día 3
La tercera jornada de URJCmun 2020 ha sido la más complicada para los delegados de UNICEF. Cuando parecía que los acuerdos estaban cada vez más cerca, los enfrentamientos se han adueñado del bloque occidental. Las discusiones entre miembros que defendían las mismas propuestas han bloqueado el comité durante toda la mañana.
La mayor complicación para este bando surgía al intentar ampliar su grupo de apoyos y buscar, de esta manera, un acuerdo que contase con la totalidad del comité. Países como Brasil y Bélgica instaban a la comisión a unificar los documentos de trabajo. El delegado de Alemania fue el encargado de mediar, tanto dentro de su grupo, como fuera de él y expresó ante sus compañeros que “una negociación es un tira y afloja, cedemos nosotros y ceden ustedes”. Aprovechando esas disputas, el bloque oriental ganaba tiempo y seguía trabajando en su proyecto. El primer borrador veía la luz por la mañana y su mayor dificultad pasaba a ser la negociación con otras delegaciones, ya que solo siete países de los treinta presentes apoyaban el acuerdo.
Mientras tanto, una serie de países africanos –que no estaban a favor de ninguno de los dos bandos– han declarado públicamente que habían acordado apoyar ambos proyectos. Más adelante, harían enmiendas a los documentos de trabajo y votarían al que mejor defendiese sus intereses.
A lo largo de la tarde, Sudáfrica –que formaba parte del grupo de indecisos– presentaba la posibilidad de que los países africanos apoyasen al bando oriental. La decisión todavía no era definitiva, pero la negativa de los países occidentales a aceptar sus propuestas había provocado el enfado de varias delegaciones. De llevarse a cabo, provocaría que ninguna de las dos propuestas pudiese ser aprobada por el comité. ¿Se quedará UNICEF sin una resolución para ampliar los derechos de los niños en el mundo?
La mayor complicación para este bando surgía al intentar ampliar su grupo de apoyos y buscar, de esta manera, un acuerdo que contase con la totalidad del comité. Países como Brasil y Bélgica instaban a la comisión a unificar los documentos de trabajo. El delegado de Alemania fue el encargado de mediar, tanto dentro de su grupo, como fuera de él y expresó ante sus compañeros que “una negociación es un tira y afloja, cedemos nosotros y ceden ustedes”. Aprovechando esas disputas, el bloque oriental ganaba tiempo y seguía trabajando en su proyecto. El primer borrador veía la luz por la mañana y su mayor dificultad pasaba a ser la negociación con otras delegaciones, ya que solo siete países de los treinta presentes apoyaban el acuerdo.
Mientras tanto, una serie de países africanos –que no estaban a favor de ninguno de los dos bandos– han declarado públicamente que habían acordado apoyar ambos proyectos. Más adelante, harían enmiendas a los documentos de trabajo y votarían al que mejor defendiese sus intereses.
A lo largo de la tarde, Sudáfrica –que formaba parte del grupo de indecisos– presentaba la posibilidad de que los países africanos apoyasen al bando oriental. La decisión todavía no era definitiva, pero la negativa de los países occidentales a aceptar sus propuestas había provocado el enfado de varias delegaciones. De llevarse a cabo, provocaría que ninguna de las dos propuestas pudiese ser aprobada por el comité. ¿Se quedará UNICEF sin una resolución para ampliar los derechos de los niños en el mundo?
La educación como base del cambio
Alicia Pita | Día 2
La educación es el mecanismo que permite el avance y desarrollo de las sociedades. En voz del delegado de India y citando a Nelson Mandela: “la educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo”. Por ello, los delegados de UNICEF tienen claro que es la solución para atajar los problemas de violencia sexual, desigualdad y el matrimonio infantil en el mundo.
Los miembros del comité han dividido sus apoyos en dos bloques: occidental y oriental. Las diferentes voces discordantes han debatido acerca de si son las familias las que se deben encargar de proporcionar dicha educación o si, por el contrario, el Estado debe garantizar los derechos de los niños y niñas. Siria ha alegado que no va a permitir “que se lleve a cabo el adoctrinamiento occidental en las aulas”, mientras que Bélgica ha promovido “que se deje el relativismo cultural de lado”.
A lo largo de la sesión han proliferado las propuestas, como la de Estados Unidos, Alemania, Bélgica y Australia – entre otros países – que se encuentran trabajando en un acuerdo para garantizar la protección del Estado para el cumplimiento de los derechos de los niños.
El bloque oriental, por su parte, ha defendido que son los padres los que deben decidir sobre la educación de los niños y que, en ningún caso es competencia del Estado. Además, estas delegaciones no conciben la violencia sexual como una problemática que necesite ser solucionada. Por ello, Bélgica ha invitado a Arabia Saudí y a todas las delegaciones que la apoyan a abandonar la sala, ya que sus propuestas “van en contra de los derechos de los niños”.
Entre tanto desacuerdo, la delegación de Brasil ha ejercido el rol de mediador y ha instado a todos los países a abandonar los diferentes bloques ideológicos y buscar el consenso para conseguir un único proyecto de resolución.
Los miembros del comité han dividido sus apoyos en dos bloques: occidental y oriental. Las diferentes voces discordantes han debatido acerca de si son las familias las que se deben encargar de proporcionar dicha educación o si, por el contrario, el Estado debe garantizar los derechos de los niños y niñas. Siria ha alegado que no va a permitir “que se lleve a cabo el adoctrinamiento occidental en las aulas”, mientras que Bélgica ha promovido “que se deje el relativismo cultural de lado”.
A lo largo de la sesión han proliferado las propuestas, como la de Estados Unidos, Alemania, Bélgica y Australia – entre otros países – que se encuentran trabajando en un acuerdo para garantizar la protección del Estado para el cumplimiento de los derechos de los niños.
El bloque oriental, por su parte, ha defendido que son los padres los que deben decidir sobre la educación de los niños y que, en ningún caso es competencia del Estado. Además, estas delegaciones no conciben la violencia sexual como una problemática que necesite ser solucionada. Por ello, Bélgica ha invitado a Arabia Saudí y a todas las delegaciones que la apoyan a abandonar la sala, ya que sus propuestas “van en contra de los derechos de los niños”.
Entre tanto desacuerdo, la delegación de Brasil ha ejercido el rol de mediador y ha instado a todos los países a abandonar los diferentes bloques ideológicos y buscar el consenso para conseguir un único proyecto de resolución.
Una primera toma de contacto
Alicia Pita | Día 1
El campus de Móstoles de la Universidad Rey Juan Carlos ha dado la bienvenida hoy a todos los miembros de UNICEF en la octava edición de URJCmun. En una breve primera sesión, los representantes de los diferentes países han decido comenzar a debatir su primer tema, centrado en la discriminación sexual e identidad de género. La discusión entre los diferentes países ha contado con posturas muy dispares, aunque no ha habido una gran cantidad de propuestas y se han mencionado superficialmente temas muy diversos.
A pesar de que la mayoría de las delegaciones ha defendido los derechos LGTBI, la libertad sexual y la igualdad de género, han sido varios los países que han mostrado claramente su oposición a estos derechos. De hecho, Qatar no ha titubeado en declarar en su primera intervención que no reconocen al colectivo LGTBI.
Uno de los comentarios más polémicos lo ha protagonizado también la delegación qatarí al alegar que “el hombre debe ser el cabeza de familia”, ante lo que Estados Unidos ha preguntado al comité: “¿y si en una familia no hay un hombre?”. Alemania ha apoyado a Estados Unidos y ha declarado que “no es el padre el que tiene que llevar el timón, ya que hay familias monoparentales y compuestas por miembros LGTBI”.
Por otra parte, los delegados se han mostrado a favor de una mejor educación para evitar la discriminación sexual. Algunos representantes han manifestado que son las escuelas las encargadas de contribuir a la educación contra la discriminación sexual, mientras que otras han preferido trasladar ese deber a las familias. Solamente Sudáfrica ha puesto el foco en la necesidad de que esa educación se lleve a cabo de una forma conjunta, entre padres y docentes.
Los delegados han terminado la primera jornada aplazando para el día siguiente la discusión de nuevas propuestas que incluyan también las voces de los países que no han sido apenas escuchados en UNICEF.
A pesar de que la mayoría de las delegaciones ha defendido los derechos LGTBI, la libertad sexual y la igualdad de género, han sido varios los países que han mostrado claramente su oposición a estos derechos. De hecho, Qatar no ha titubeado en declarar en su primera intervención que no reconocen al colectivo LGTBI.
Uno de los comentarios más polémicos lo ha protagonizado también la delegación qatarí al alegar que “el hombre debe ser el cabeza de familia”, ante lo que Estados Unidos ha preguntado al comité: “¿y si en una familia no hay un hombre?”. Alemania ha apoyado a Estados Unidos y ha declarado que “no es el padre el que tiene que llevar el timón, ya que hay familias monoparentales y compuestas por miembros LGTBI”.
Por otra parte, los delegados se han mostrado a favor de una mejor educación para evitar la discriminación sexual. Algunos representantes han manifestado que son las escuelas las encargadas de contribuir a la educación contra la discriminación sexual, mientras que otras han preferido trasladar ese deber a las familias. Solamente Sudáfrica ha puesto el foco en la necesidad de que esa educación se lleve a cabo de una forma conjunta, entre padres y docentes.
Los delegados han terminado la primera jornada aplazando para el día siguiente la discusión de nuevas propuestas que incluyan también las voces de los países que no han sido apenas escuchados en UNICEF.