Debate entre los delegados. (Andrea Fernández)Tras lo ocurrido ayer, la cuarta y última jornada de ECOFIN ha comenzado con gran agitación. En primer lugar y con el objetivo de sacar algo en claro, se ha dado paso a un caucus no moderado en el que un grupo reducido de países, encabezado por Reino Unido, han sentado las bases de un posible dictamen. Algunos países se mostraban descontentos con ello, pues consideraban que sus exigencias no se veían reflejadas en el documento. Entre ellos, Cuba, cuyo delegado, ante la recomendación de la mesa de no elaborar un proyecto de dictamen alternativo por falta de tiempo, acusaba a esta de tener un comportamiento imperialista y, al grito de “váyanse al carajo yanquis de mierda”, abandonaba bruscamente la sala. Tras este espectáculo, la delegación estadounidense ha tomado el relevo. Sorprendía a la sala solicitando, de motu propio, permiso para comparecer y exponer una “disculpa pública”. Sin embargo, ha empleado el tiempo que se le ha concedido para reafirmarse sobre lo anteriormente dicho, continuar echando balones fuera y acusar de nuevo a la prensa. “Por lo único que pedimos disculpas es por no habernos expresado bien, si hace falta se lo explicamos con un libro de dibujitos”, ha resuelto el delegado justo antes de regresar a su asiento. Por último, le ha llegado el turno para comparecer públicamente a Arabia Saudí que, olvidando lo que el término diplomacia implica, lanzaba un discurso cargado de amenaza y coacción. Sus delegados aconsejaban al resto reflexionar bien antes de votar a favor del dictamen, ya que, les han recordado, ellos son los mayores exportadores de petróleo del mundo y “pueden ir preparando sus carteras”. No contentos con ello, sus palabras iban adquiriendo un tono cada vez más intimidante, que ha culminado con el siguiente ultimátum: “Piensen en los bonitos monumentos que tienen en sus países, porque nos gustan mucho y nos daría mucha pena que les pasara algo. Tengan mucho cuidado”. Así las cosas, se ha procedido a realizar la votación del dictamen que, como no podía ser de otra manera, ha dado lugar a polémica. Por un lado, en él se instaba a todas las delegaciones a tomar medidas coercitivas contra Arabia Saudí; mientras que, por otro, tenía suficiente con “recomendar” a la delegación estadounidenses pedir disculpas a la comunidad internacional. Ello era justificado, en palabras de las delegaciones encargadas de defender el proyecto, Reino Unido, Egipto y Eslovaquia, con que las actividades llevadas a cabo por el gobierno saudita eran “claramente ilegales”, mientras que las estadounidenses eran “poco éticas”, “fruto de la mala praxis” o “ilegales, pero no mucho”. Finalmente, el dictamen ha sido aprobado por 18 votos a favor y 9 en contra.
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Tercera jornada de debate en ECOFIN. (Andrea Fernández)Francia y Arabia Saudí se suman a la moda yanqui de llamar fake new a todo lo que no gusta La calma reinaba en las primeras sesiones de esta jornada en ECOFIN. Los delegados, visiblemente más relajados que en otras jornadas, dejaban de lado la violencia verbal a la que nos habían acostumbrado. Ya desde las primeras intervenciones se podía apreciar un cierto consenso en ciertos aspectos relativos a la criptomoneda. Sin embargo, esta paz duraría poco. Durante la tercera sesión del día, URJCmun News ha destapado dos escándalos que han provocado que se desate una auténtica tormenta en el comité. Por un lado, fuentes fiables confirmaban este medio día a prensa que desde Estados Unidos y Francia se habrían financiado, empleando la criptomoneda, una parte de la campaña de Juan Guaidó y a una serie de grupos insurgentes, cuyo objetivo es desbancar a Maduro del poder. Al mismo tiempo, otras fuentes aseguraban que existen indicios fiables para creer que el gobierno saudita estaría financiado, a través del mismo tipo de divisa, a grupos integristas islámicos con el objetivo de desestabilizar al régimen reformista egipcio y propiciar la vuelta al salafismo. Las primeras reacciones de los protagonistas, lejos de dirigirse a buscar una solución rápida a lo ocurrido, han consistido en ataques al equipo de prensa.Se nos acusaba, en palabras de la delegación francesa, de haber emitido un “comunicado falso” y, con el tono histérico que solo puede tener una delegación tan colérica como la enviada por Donald Trump, de publicar “solo una fake new más que emite una prensa que está en contra de Estados Unidos y es financiada por una alianza internacional del comunismo”. Por último, Arabia Saudí no se ha olvidado de puntualizar, mientras sostenía en alto un cartel donde podía leerse “STOP ISLAMOFOBIA”, que, desde su delegación no se consideraba que la información estuviese manipulada, sino que “simplemente es el resultado de que quien está escribiendo y quien está haciendo los reportajes son mujeres que simplemente no se enteran de lo que está ocurriendo en el mundo”. Delegados en ECOFIN. (Andrea Fernández)Comenzaba la segunda jornada en el comité de ECOFIN y, a pesar del retraso de algunas delegaciones, el ambiente no estaba para bailes. Los delegados parecían no querer romper con la dinámica que ayer se instauró en el comité, y aprovechaban sus primeras intervenciones para seguir vertiendo ataques verbales sobre otros. Cuba daba los buenos días a Estados Unidos calificándolo como “la democracia del espectáculo, del bussines y de la mentira”. Por su parte, la gran potencia no dudaba en acusar a otros estados, como Venezuela o Corea del Norte, de ser “regímenes donde no se respetan los derechos humanos y se acogota a la oposición en una suerte de campos de concentración”. No obstante, durante la última sesión del día, un atisbo de juicio ha permitido que se elabore un proyecto de resolución. Este, aunque redactado y presentado solo por países de la órbita occidental tan reiteradamente criticada, ha sido finalmente aprobado en segunda ronda por 24 votos a favor y únicamente 6 votos en contra. Sin embargo, lo más destacado de esta jornada han sido las vergonzosas las actuaciones de algunas delegaciones que, lejos de tratar de poner paz, se dedicaban a importunar a quienes querían trabajar. A Arabia Saudí lo único que parecía importarle era sentarse mirando hacia la Mecay ocuparse de repartir comentarios machistas y denigrantes entre las mujeres de la sala, tales como: “Somos un país donde se cumplen todos los derechos humanos. Han oído bien, para humanos, no para humanas”. A pesar de ello, la presencia de las chicas de staff o las delegadas no parecía incomodarles tanto en lo que a retos de baile, castigos o gossips se refiere. Estos delegados han conseguido sacar de sus casillas al chair, quien, tras dos llamadas al orden, les ha pedido que “no le tocasen más los cojones” y ha sentenciado que, a la próxima, iban a acabar abandonando la sala “por sus muertos”. Colombia tampoco se ha quedado atrás, colocando cuidadosamente sobre su mesa unos sospechosos polvos blancos, cuya procedencia y utilidad no han sido esclarecidas, en pleno caucus. La jornada podría calificarse como exitosa, en la que los diferentes países han conseguido acercar mínimamente sus posturas para sacar adelante una resolución cuyo cumplimiento y aplicación están por observarse. Delegados estadounidenses en ECOFIN. (Andrea Fernández)Este mediodía daba comienzo la primera jornada en el comité de ECOFIN. Alberto Romero, profesor de economía en la URJC, ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida en una conferencia, tras la cual invitaba a los delegados a la reflexión: “Hoy día 800 millones de personas pasan hambre en el mundo, ¿pero no decíais que hay alimentos para todos?”. Con la pregunta aún en mente, daba comienzo la primera ronda de debates. Una sesión que, ya desde las primeras intervenciones, se ha traducido en una lluvia de críticas a Estados Unidos, a quien se han dirigido afirmaciones tan contundentes como “se creen los amos del mundo y no lo son, ¿vale?” o “no queremos que el poder esté en manos de los históricos agresores”. Estas palabras, pronunciadas por los delegados de numerosos países situados fuera de la órbita occidental, han sido respondidas en un tono poco conciliador por la gran potencia que, como ya nos tiene acostumbrados, se ha resguardado bajo su paraguas de la hipocresía. Así, el que debía ser un cónclave en el que acercar posturas se ha convertido en una sucesión de provocaciones constantes, ha culminado con el anuncio de los delegados de celebrar dos acuerdos comerciales diferentes. Se evidenciaba una brecha entre dos grandes grupos de países, cuales se aferraban a sus posturas y no daban cabida al diálogo. Por un lado, Estados Unidos y sus tradicionales socios europeos; por otro, la gran mayoría de países latinoamericanos y asiáticos. No obstante, en medio de este enfangado debate no han faltado ciertos toques de humor. Cabe destacar la invitación de Estados Unidos a Cuba, probablemente con cierto toque de ironía, de bailar a ritmo de bachata aquello de “No es amor, lo que tu sientes, se llama obsesión”. |
AutorEva Berzal, cronista de ECOFIN. ArchivosCategorías |