La mañana comenzaba con la delegación Afgana de la Asamblea General irrumpiendo en la sala para pedir la disolución de ONU Mujeres con el fin de que las delegadas del comité volvieran a sus casas a cuidar de sus hijos y maridos. Tras exigir la mesa que Afganistan abandonara la sala se reanudaba la sesión, con Francia pidiendo medidas específicas para proteger a las mujeres en zonas de conflicto bélico.
Reino Unido propone la creación de dos comités, uno en el que la mujer sea percibida como parte activa y otro en el que se trate a la mujer como parte pasiva. Todos estuvieron de acuerdo en la necesidad de facilitar un mecanismo que permita a las mujeres que sufran abusos dentro del ejército denunciar para que los culpables sean inmediatamente expulsados. Arabia Saudi pidió que sus aliados, USA, Israel, Turquia y Francia mandasen tropas y efectivos a Siria, Yemen, Irak y otros países de Oriente Próximo para sustituir los gobiernos de estos países por gobiernos internacionales que aseguren la paz de las zonas. Venezuela disiente citando el punto al que ha llegado ese tipo de intervención en el pasado, siendo está el detonante de la aparición de DAESH. Brasil y Argentina propusieron entonces aumentar la cuota de mujeres en los ejércitos, llegando a un 30% en primera convocatoria y fomentando que alcanzaran puestos elevados. Australia comentó la posibilidad de entregar microcréditos a las viudas y Francia llamó la atención sobre la reciente radicalización de mujeres en países islámicos, previniendo que se unan a grupos extremistas y terroristas. Nigeria, sponsor de un anteproyecto de resolución, explica los puntos tratados en su documento acerca de la necesidad de atajar la base del problema y controlar la trata de personas para acabar con las mafias que trafican con mujeres. No obstante, por su parte, Francia, Australia, Cuba y Brasil se reunieron y crearon otro proyecto de resolución que también se expuso en sala. Ninguno de los proyectos pasó debido a que el comité estaba completamente polarizado entre los dos sectores, que contaban con el apoyo de un 50% de delegados. Daban entonces las dos de la tarde y se ponía fin a las actividades de ONU Mujeres hasta el año próximo.
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Diez de la mañana. Da comienzo el tercer día de negociaciones en el comité de ONU Mujeres. Hay mucho por hacer y los delegados ocupan sus asientos. Pero no todos, los estragos ocasionados por el Global Village la noche anterior son palpables. La puerta de la sala no deja de abrirse para dar paso a los más tardíos. Cuando el grupo de los retardados cuenta ya con más de diez personas, los presidentes de la mesa dictaminan que estos serán sometidos a un pequeño castigo… bailar la macarena. Como era de esperar, las risas inundan la estancia.
Sin embargo, toca ponerse manos a la obra y es Malasia quien se levanta con el propósito de proponer un caucus moderado sobre las decisiones para la erradicación del sexismo propio de los medios de comunicación como consecuencia directa de la intervención de Estados Unidos el día previo en la que tildó a la publicidad de base del comercio y al comercio de base del consumo, claramente justificando la cosificación de la mujer en esta. China, Cuba y Venezuela apuestan firmemente por el control estatal de los medios de comunicación, considerando esta la mejor manera de solventar desde el sector público las diferencias entre hombres y mujeres. Jordania se suma a la propuesta, aunque desde una ideología dispar, debido a contar con el sistema de medios de comunicación completamente estatalizado en el que la mujer es representada como igual a cualquier hombre, achacando estos avances a la reina Rania, vista como prototipo a seguir de la nueva mujer musulmana. Por su parte, Suecia considera esta visión equivocada y alega la necesidad de ofrecer una educación en la que prime la necesidad de concienciar acerca de la desigualdad de género, alertando de que la enseñanza actual está inherentemente arraigada a la cosificación de la mujer. Noruega se adhiere a la opinión sueca de no permitir que el estado controle los medios pero, sin embargo, propone un sistema de multas que sancione a aquellas empresas de comunicación que cosifiquen a la mujer, lo cual apoya Alemania. Por su parte, Suecia añade con respecto a este tema que las multas a medios por tal motivo pueden violar la libertad característica de los países democráticos, planteando establecer en cambio una comisión internacional de expertos que regule y debata las sanciones aplicables a aquellos medios que ataquen la integridad de la mujer grave y reiteradamente. Se procede entonces a abrir el debate que concierne al punto cuatro del tema 1, relativo al empoderamiento de la mujer, especialmente en un ámbito local. Bangladés plantea como opción controlar el número de mujeres que acuden a votar para poder promoverlo en caso de ser excesivamente bajo, con Brasil objetando que dicha disposición es estéril en países tradicionalmente caciquistas como es su caso particular. Nigeria también manifiesta que en su territorio, donde el sufragio universal se estableció en 1979, esta proposición es inútil al no atacar la “base del problema”, que es precisamente el peligro que supone a las mujeres salir de casa no solo para ejercitar su derecho a voto, sino en cualquier tipo de circunstancia. Cuba sugiere en cuanto a esto introducir policía militarizada que garantice el voto femenino en aquellos países donde la inseguridad reina y la mujer está expuesta a severos riesgos. Nueva Zelanda ofrece su ayuda a estas naciones para solventar las dificultades, mientras que Suecia y Francia proponen el envío de cascos azules a los procesos electorales de todo aquel país que así lo solicite para proteger a sus mujeres. Desde la percepción escandinava, Finlandia cree que procedería nacionalizar los centros de mayores y las guarderías como método para liberar a las mujeres de muchos países de la responsabilidad de cuidar a ancianos y niños que se ven obligadas a llevar a cabo. No obstante, desde el punto de vista de Marruecos la traba se encuentra en la imposibilidad de las mujeres en un amplio abanico de naciones de tomar decisiones acerca de sus estudios y profesión de manera libre, por lo que avala centrarse en el ámbito doméstico para evitar que los hombres impongan su criterio a sus hijas, nietas, parejas… Llamativas han sido también en el día de hoy las trifulcas entre Cuba y diversas delegaciones entre las que se cuentan Corea del Sur, quien ha expresado su convicción de que el país caribeño es antidemocrático, y Filipinas, la cual ha calificado como abortista a la generalidad del país. Cuba ha contraatacado sacando los colores a las delegadas coreanas y filipinas. Otra de las delegaciones que más controversia ha suscitado ha sido la de Arabia Saudí. Antes de concluir la sesión matutina, y tras de un intervalo de 15 minutos de caucus no moderado, los dos bloques con anteproyectos de resoluciones, representados por Francia y Australia y Filipinas y Bangladés respectivamente, se han ausentado de la sala para intentar conciliar posturas y crear un anteproyecto conjunto. Este, con Francia, Australia y Filipinas como sponsors, se ha introducido finalmente en la sesión de la tarde, siendo aprobada por mayoría del comité. Los puntos englobados dentro de la resolución reconocen la inherente naturaleza global de la lucha por la igualdad de género y afirma que la desigualdad de género consiste en un riesgo para la seguridad e integridad de un individuo. Insisten también en la no exclusividad del campo, que debe ser entendido como una extensión de los Derechos Humanos y reafirma la necesidad de la participación del género masculino en la lucha por desvirtualizar el condicionamiento social basado en roles de género. Finalmente, destacan la importancia de la cultura y explica la necesidad de acentuar el problema de las mujeres en peligro de exclusión social. Por último, se ha dado paso al debate de soluciones que prevengan las agresiones sexuales y la prostitución, donde se ha hecho hincapié en la necesidad de desmantelar las mafias internacionales que trafican con niñas y mujeres de países como Siria, Nigeria y Somalia; y a la prevención y tratamiento de las ETS. El segundo día de negociaciones en la Entidad de la ONU para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer se ha abierto con un emotivo minuto de silencio, a petición de Nigeria, en memoria de las víctimas de las atrocidades del grupo terrorista Boko Haram. Todos los delegados, junto a los presidentes del comité, los miembros del equipo de prensa y del staff se ponían entonces en pie, representando el pesar y la preocupación internacional por la reiterada violación de los derechos más básicos del ser humano y, en concreto, de la mujer.
Tras esto se abría el foro, circunstancia que aprovechaba Francia para proponer un caucus moderado que daría pie al inicio de las deliberaciones acerca del primer punto de la agenda, los factores históricos y políticos que influyen positivamente en la participación política de las mujeres. Este debate, una vez aprobado por el comité, sería inaugurado por Australia, cuya delegación traía a colación el problema de base que supone la educación de las mujeres en los países en vías de desarrollo. Con respecto a esto, el país de la Commonwealth proponía adoptar medidas que aceptaran y promovieran la compatibilización de trabajo con escolarización en aquellas zonas en las que culturalmente se rechaza aportar una educación básica a las niñas debido a no reportar esta ninguna remuneración económica mientras que el empleo sí lo hace. Malasia disentía, recordando que la explotación infantil está prohibida por la OIT. Se suma entonces a la discusión Filipinas, que rechaza la esclavitud infantil y pide la escolarización femenina, resaltando la acción de organizaciones que llevan a cabo actuaciones como la de entregar al núcleo familiar de cada niño escolarizado recompensas diarias en forma de porciones de comida, como por ejemplo paquetes de arroz. Nigeria y Mali se hacían entonces oír pidiendo a las potencias internacionales que no hicieran gala de doble moral y tan solo se hicieran promeses que de veras pudiesen cumplirse, considerando haber sido engañados en el pasado. Así mismo, Filipinas hacía constar su creencia sobre el olvido de los países asiáticos por parte del mundo occidental. Suspendido el debate anterior, Australia proponía el tema de las leyes de paridad que rigieran cuotas en los gobiernos y parlamentos nacionales de cada país. Países como Alemania, Francia, Suecia, Corea del Sur, Senegal, Bangladés, Egipto, India, Marruecos se sumaban al apoyo del sistema de cuotas como medida transitoria pero necesaria, considerándolas un apoyo, un impulso. China y Japón añadían además la necesidad de implantar medidas punitivas para castigar a aquellos países que no las ratificaran o cumplieran. Otras naciones, entre las que se encontraba Sudáfrica, Reino Unido, Países Bajos, Jordania, Estados Unidos e Israel se oponían totalmente a estas cuotas, alegando que la presencia en altos puestos debía corresponder a aquellos que lo merecieses, defendiendo firmemente la educación y meritocracia. Era entonces cuando Arabia Saudí y Omán discrepaban, aportando su convicción de que las mujeres no estaban en la mayoría de casos cualificadas para ostentar estos cargos tradicionalmente ocupados por hombres. La tensión podía sentirse creciendo. Era mientras tanto evidente la intención por parte de Francia, Australia y Suecia de crear juntos un anteproyecto de resolución, al que invitaban a los demás a participar. Las medidas que se barajaban estaban relacionadas con la creación de un panel cultural de expertos que pusiera en relación a delegaciones y estudiantes de diversos países para tratar todos estos problemas. En la sesión de la tarde se inauguraba el debate acerca de la violencia de género, el acoso laboral y político hacia las mujeres y la publicidad sexista tan característica y arraigada en la sociedad occidental, que ya no la percibía como un problema al no ser siquiera consciente de su existencia. Mañana, en vista de lo sucedido, será, sin duda, interesante. La jornada inicial de la cuarta edición del URJCmun nos ha permitido vislumbrar las resoluciones que intentarán adoptarse durante los próximos tres días para erradicar la desigualdad de género y luchar por los derechos de las mujeres.
El ambiente era claramente conciliador por parte de aquellos países más desiguales y atrasados en sus pensamientos acerca de la mujer y sus derechos, posibilidades y metas. La sesión 0 del comité de ONU Mujeres ha sido inaugurada con una ponencia de la profesora de la URJC Cristina Figueroa, directora de UNSCR 1325 Reload financiado por la OTAN sobre la situación de las mujeres en las fuerzas armadas. Figureoa ha explicado diversos términos relacionados con la desigualdad de género y ha expuesto múltiples datos y gráficas para ilustrar la diferencia entre hombres y mujeres en la actualidad. El acto ha comenzado con la afirmación de que la perspectiva de género no solo afecta a las mujeres, sino también a los hombres, y que la discriminación por el mero hecho de ser mujer no es explícita y obvia en la sociedad occidental en la mayoría de sus ámbitos. ¿He sido en algún momento menospreciada por ser mujer? ¿Me he enfrentado a más dificultades que mis compañeros para conseguir llegar a donde me encuentro? Puede que, en una primera reflexión, la respuesta de una mujer trabajadora a estas preguntas fuese un no. No obstante, si nos paramos a pensar, encontraremos sin duda una serie injusticias, situaciones incómodas o de menosprecio poco evidentes que hayamos sufrido en primera persona o de las que haya sido víctima una mujer a la que conocemos. ¿Pero por qué no es la desigualdad de género un problema solo para el sexo femenino? Porque supone, indiscutiblemente, una pérdida y desperdicio de talento para la sociedad en su conjunto. Además, se ha comprobado que la igualdad entre géneros está directamente relacionada con la reducción de la pobreza. Figueroa ha expuesto cómo el Global Gender Gap Performance de 2015 muestra que en ámbitos profesionales relacionados con la educación y la sanidad la igualdad es mucho más alta que en otros como la economía o la política. Claros ejemplo son, por un lado, el bajo porcentaje de mujeres que integran el Parlamento Europeo a día de hoy, tan solo un 36,9%, a pesar de la implantación de cuotas por parte de muchos países miembros; y, por otra parte, el porcentaje de mujeres que alcanza los puestos más elevados de las grandes empresas y corporaciones, el cual lleva diez años estancado en un 18%. Aun así, incluso en la educación universitaria, donde las mujeres ostentan un 61% de puestos docentes, estos suponen los más bajos dentro de la estructura y, en contraste, apenas un 15% de las cátedras universitarias corresponde a mujeres. La profesora ha continuado matizando que, en zonas de conflicto bélico, la alta participación e influencia de mujeres en los procesos de paz se traduce en un mayor número de estos aquellos que llegan a buen término. Para comprender todo esto hay que entender la distinción entre sexo, el cual se refiere a diferencias biológicas, y género, una construcción cultural referida a diferencias sociales influenciadas por el hecho de pertenecer a un grupo determinado. En definitiva, es el sexo el que nos hace diferentes, pero el género el que nos convierte en desiguales. La desigualdad de género es innegable y la igualdad es un proceso que no puede conseguirse de inmediato, sino que requiere, entre otras muchas cosas, la eliminación de estereotipos asumidos inconscientemente para llegar en última instancia a la consecución de la paridad. Todos, de manera personal e independiente, debemos luchar por un futuro libre de abismos salariales, libre de violencia machista, libre de aberraciones contra los derechos de la mujer. La pregunta es... ¿cómo hacerlo? ¿Cuál es la manera correcta o más efectiva? Tras la contribución de Figueroa se ha dado comienzo a la sesión con la aceptación de la agenda a seguir por el comité. No obstante, se ha aceptado por mayoría absoluta la modificación que proponía la unión de los puntos 4 y 5 del “Tema 1: Liderazgo y participación política de las mujeres” dentro de un único apartado bajo el nombre de "Empoderamiento femenino" que trataría el asunto a partir de tres ópticas distintas basadas en el ámbito geográfico, a nivel local, nacional e internacional. Por su parte, Brasil ha propuesto incluir dentro del punto 2 del “Tema 2: Mujeres, paz y seguridad”, junto al tratamiento del contagio de ETS, la introducción de otra enfermedad. Tras no conseguir la mayoría simple, esta petición ha sido denegada. Entonces, finalmente, se ha dado pie a las intervenciones iniciales de las delegaciones del comité, con la mayoría de ellas apoyando la igualdad y avalando por encontrar y adoptar medidas que la implementen de manera efectiva. Estados Unidos, Holanda, Suecia, Noruega, Australia e Italia han incidido en su posición defensora de la igualdad y de líderes en la consecución de una sociedad más igualitaria entre hombres y mujeres, siendo un ejemplo a seguir para otros países. Quedaban a su vez en una posición intermedia de satisfacción las delegaciones de Israel, Corea del Sur, Argentina y Japón, las cuales defendían los progresos de sus países y su gran preocupación y actividad en el tema. Otras delegaciones como la de Marruecos, Senegal, Túnez, Malasia, Omán, Brasil, Bangladesh, Qatar y la República Democrática del Congo mostraban su firme decisión de adoptar medidas que velaran por una mayor igualdad y equidad, pero pedían para ello ayuda internacional alegando no ser capaces de hacerlo solos. Especialmente significativa y emotiva ha sido la intervención de Nigeria, quien se ha referido a las miles de mujeres violadas y asesinadas por Boko Haram, declarando que desde el ejecutivo se pretendía luchar por acabar con esta terrible situación y solicitando para ello la cooperación de todos los países presentes en la sala. Por último, la sesión ha sido suspendida hasta mañana a petición de Noruega, moción que ha sido secundada por amplia mayoría absoluta. |
Cristina AlonsoCronista ArchivosCategorías |