Vietnam del Norte y Vietnam del Sur firman el armisticio en busca de una solución sin violencia2/9/2018 Como no podía ser de otra manera, la última jornada de reuniones en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no ha podido ser más caótica.
Las negociaciones durante la noche anterior habían causado estragos entre los delgados. Las horas de pie, sujetando vasos de “agua” durante la batalla en la selva de “Gotham”, provocaron que la mayoría no pudiera concentrarse al iniciar la sesión. Los estragos de una larga disputa nocturna, que impedían que algunos representantes conociesen los temas de los debates. Sin embargo, quedaba mucho por resolver y poco tiempo para ejecutar. El tiempo pasaba y China decidió lanzarse a la ofensiva. Con una voz afónica, a causa de las beligerancias padecidas en la guerra, decidían atacar a su propio pueblo con el objetivo de liberarlo de Mao. Una maniobra cuanto menos precipitada, debido a que envenenar el agua de tu población, no es la mejor manera para que te aclamen a tu regreso. Japón reconocía la insensatez de esta decisión, pero sus actuaciones no podían ir a más. El imperio del sol naciente se encuentra atado de pies y manos por el resto de potencias. Sin esa restricción su posición hubiera sido fundamental durante esta crisis. Por otro lado, aparecía en escena una nueva Cuba, ahora revolucionaria tras el triunfo de la Bikina y el Ché en La Habana. No obstante, pronto se demostró que quien de verdad movía los hilos era la Unión Soviética. Las directivas de la delegación cubana pasaban siempre el filtro de la delegada soviética, demostrando que un nueva marioneta se encontraba en la obra. Pero sin duda, la dos grandes sorpresas estaban por destaparse. En primer lugar de la mano de Francia. Su estrategia de pasar desapercibida durante todas las sesiones y no participar en la batalla de “Gotham” surtió efecto. Un plan maestro se había fraguado durante la noche para desmontar cualquier atisbo de victoria comunista. La ofensiva era inaudita, tanques, aviones, suministros... calculados al milímetro y preparados para actuar. Una plan bajo la denominación de “misión de estabilidad”, pero que ocultaba una declaración de guerra en toda regla, no solo a Vietnam, sino también a todos sus posibles aliados. La URSS observaba con recelo como su victoria se desvanecía. En un arranque de venganza, decidía declarar la guerra, sin entrar a valorar las consecuencias que ello derivaban. ¡La sangre está servida, no queda esperanza!, pensaba el mundo. Mientras las potencias mundiales decidían como destruir el planeta, una luz resurgía cual Ave Fénix. El norte y el sur de Vietnam hablaban del fin de la guerra. Hartas de ver sus territorios invadidos por extranjeros, decidían apoyarse en una sola nación. Un proyecto de nueva Constitución sobre la mesa, libertad de los ciudadanos, defensa de la soberanía nacional, seguridad y sobre todo un pueblo unido frente al campo de batalla internacional en el que se había convertido. Un acto heroico, que permite que el 25 de diciembre de 1960 sea recordado como el “Armisticio de Navidad” y por supuesto el fin de la Guerra.
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Daniel ChicoteCRONISTA C. SEGURIDAD ArchivosCategorías |