|
|
India y Rusia abandonan su luna de miel
Rafael Lacasa | Día 4
Sin prisa, tampoco sin pausa, comenzó la última jornada de la edición de 2020. El cansancio se notaba en las caras, y no porque fuera el último día. El primer tema quedó atrás. Por fin. Pero ni así se notó más alegría en los rostros de los presentes. Se acabó URJCmun, pero no hubo inundación ninguna en la sala; no me refiero a agua procedente del cielo.
Los bandos volvieron a reunirse al comienzo de la sesión. La mesa aprobó un caucus no moderado en el que las delegaciones aprovecharon para redactar su proyecto. El bloque liderado por Marruecos y Rusia logró aglutinar más naciones que el encabezado por India y Alemania. La confrontación no se había ido por la ventana. Ambos grupos expusieron sus proyectos. El B002 fue presentado por Kuwait, Rusia, Marruecos y Japón, mientras que India, Alemania y Francia presentaron el B001. Las divergencias se notaron cuando se abrió el turno de preguntas. No había ninguna posibilidad de acuerdo.
El proyecto de India y Alemania promovió la progresiva eliminación de las reservas en materias de derechos humanos. Estas naciones justificaron su propuesta cuando resaltaron que los derechos humanos no son de los países, sino de las personas. El frente de Marruecos y Rusia, en cambio, amenazó con abandonar el tratado en caso de que fuese aceptada esa medida. Llegados a este punto sin consenso, se procedió a la votación.
Finalmente, gracias al apoyo de la mayoría absoluta de los presentes, la resolución dictó la aprobación del proyecto B002 encabezado por Marruecos y Rusia. El B001, al que fueron proclives naciones como Bélgica y Francia, se quedó en el tintero. Hasta las votaciones fueron diferentes: una nominal, otra sustantiva. Y el debate acabó como empezó: sin armisticio y con desacuerdos.
Los bandos volvieron a reunirse al comienzo de la sesión. La mesa aprobó un caucus no moderado en el que las delegaciones aprovecharon para redactar su proyecto. El bloque liderado por Marruecos y Rusia logró aglutinar más naciones que el encabezado por India y Alemania. La confrontación no se había ido por la ventana. Ambos grupos expusieron sus proyectos. El B002 fue presentado por Kuwait, Rusia, Marruecos y Japón, mientras que India, Alemania y Francia presentaron el B001. Las divergencias se notaron cuando se abrió el turno de preguntas. No había ninguna posibilidad de acuerdo.
El proyecto de India y Alemania promovió la progresiva eliminación de las reservas en materias de derechos humanos. Estas naciones justificaron su propuesta cuando resaltaron que los derechos humanos no son de los países, sino de las personas. El frente de Marruecos y Rusia, en cambio, amenazó con abandonar el tratado en caso de que fuese aceptada esa medida. Llegados a este punto sin consenso, se procedió a la votación.
Finalmente, gracias al apoyo de la mayoría absoluta de los presentes, la resolución dictó la aprobación del proyecto B002 encabezado por Marruecos y Rusia. El B001, al que fueron proclives naciones como Bélgica y Francia, se quedó en el tintero. Hasta las votaciones fueron diferentes: una nominal, otra sustantiva. Y el debate acabó como empezó: sin armisticio y con desacuerdos.
Adiós, plásticos; hola, reservas
Rafael Lacasa | Día 3
China, Japón y Corea esperaban más que ansiosos la exposición del su proyecto, el 001. Sin embargo, su envite fue en vano. Tras tanta prórroga sí hubo vencedores; pero también vencidos. Era el único de los proyectos que restaba por exponerse.
El proyecto 002, liderado y presentado por Marruecos, Rusia e India, contó con el apoyo de una quincena de naciones. Por el contrario, a la propuesta de los gigantes asiáticos sólo fueron proclives Venezuela, Polonia y Equipo. Indonesia fue la única delegación ubicada en la abstención. Así se cerró el tema A, los plásticos, con la resolución que dictaba la aprobación del proyecto 002, un tratado multilateral que promueve la reducción del consumo y la producción del plástico.
Las naciones comenzaron con más brío el debate sobre el tema B: las reservas. La mesa impuso la participación de todas las delegaciones en el debate, permitiendo la escucha de todas las voces. Algo que no había ocurrido hasta entonces en el debate.
El segundo de los temas era complicado y ambiguo. Sin embargo, el consenso llegó al debate en el primero de los caucus. Todas las delegaciones fueron proclives a la presentación de una agenda que constaba de tres puntos: la idoneidad de las reservas, sus objetivos y fines y los principios no negociables. El inicio de la sesión auguraba posibles acuerdos. No obstante, nuevamente volvieron a establecer bandos. En esta ocasión, India y Rusia abandonaron su luna de miel y encabezaron las diferentes propuestas. A la Unión Jurídica Antiplástico le pasó con las reservas como al Muro de Berlín.
India, Alemania y Australia lideraron una propuesta que promovió la progresiva eliminación de las reservas en materia de derechos humanos. Estas naciones justificaban su propuesta en lo siguiente: los derechos humanos no son una posesión de los países, sino de las personas. Por tanto, argumentaban que debían ser respetados en todo el mundo.
El frente encabezado por Marruecos, Rusia y China se opuso. Este bando amenazó con abandonar el tratado en el caso de que fuese aceptada esa progresiva eliminación. Así continuó el debate hasta la presentación de los anteproyectos, que volvieron a dar la imagen de polos opuestos. Mañana se aprobará la resolución. Y sabremos si atraerán o no.
Fumata negra
Rafael Lacasa | Día 2
La sesión se reanudó. El debate no cesó. Mismo perro, distinto collar. Nuevamente India y Rusia llevaron la batuta, pero Marruecos entró en ese podio en detrimento de Brasil. El guion sí que fue alterado. Los caucus no moderados predominaron y el consenso comenzó a vislumbrarse cuando India y Rusia, que continuaron con la Unión Jurídica Antiplástico, presentaron una propuesta conjunta: la aprobación de un tratado multilateral que promovió la reducción de la producción y el consumo del plástico.
Marruecos, en cambio, vio como su plan de cinco años, cuya progresión, año tras año, estaría encaminada a la prohibición y sanción del consumo de los plásticos, no contaba con el respaldo de ningún país. Los africanos cedieron y se adaptó al acuerdo que India y Rusia estaban promoviendo. Más de una decena de países lo apoyó y sólo restaba la redacción del documento en el que India estaba inmerso. Kuwait discrepaba, pero el derecho de las reservas que promovían fue aceptado. Asimismo, los marroquíes pudieron incluir su plan, de 10 años en lugar de 5, gracias al beneplácito de los presentes. La Unión Jurídica Antiplástico estableció 5 años para suprimir la producción de plásticos y 10 para el consumo.
Brasil, China y Japón se oponían a adherirse al tratado de la unión. Las tres potencias defendían un proyecto que sancionase las importaciones del plástico, que incentivase el reciclaje y que fuese sancionado de forma nacional, no como promueve el tratado multilateral. Ucrania, Tailandia e Italia intentaban resaltar la emergencia climática, pero sin ser tenidas en cuenta por el resto de delegaciones. La polarización volvió a entrar por la puerta.
La mesa vio que los proyectos no tenían tantas diferencias como argumentaban las naciones. E intentó demostrarlo. India y China expusieron las ideas tratadas por los dos grupos formados, pero no hubo fumata blanca.
Tras un nuevo caucus no moderado, India, junto a una decena de países, redactó su anteproyecto de resolución. Los países encabezados por China y Japón hicieron lo propio. Prometía la guerra que habían iniciado. El grupo liderado por las naciones asiáticas fueron los primeros en exponerlo.
La sesión fue suspendida tras esa presentación. La Unión Jurídica Antiplástico tendrá que esperar hasta mañana para exponer su anteproyecto.
Marruecos, en cambio, vio como su plan de cinco años, cuya progresión, año tras año, estaría encaminada a la prohibición y sanción del consumo de los plásticos, no contaba con el respaldo de ningún país. Los africanos cedieron y se adaptó al acuerdo que India y Rusia estaban promoviendo. Más de una decena de países lo apoyó y sólo restaba la redacción del documento en el que India estaba inmerso. Kuwait discrepaba, pero el derecho de las reservas que promovían fue aceptado. Asimismo, los marroquíes pudieron incluir su plan, de 10 años en lugar de 5, gracias al beneplácito de los presentes. La Unión Jurídica Antiplástico estableció 5 años para suprimir la producción de plásticos y 10 para el consumo.
Brasil, China y Japón se oponían a adherirse al tratado de la unión. Las tres potencias defendían un proyecto que sancionase las importaciones del plástico, que incentivase el reciclaje y que fuese sancionado de forma nacional, no como promueve el tratado multilateral. Ucrania, Tailandia e Italia intentaban resaltar la emergencia climática, pero sin ser tenidas en cuenta por el resto de delegaciones. La polarización volvió a entrar por la puerta.
La mesa vio que los proyectos no tenían tantas diferencias como argumentaban las naciones. E intentó demostrarlo. India y China expusieron las ideas tratadas por los dos grupos formados, pero no hubo fumata blanca.
Tras un nuevo caucus no moderado, India, junto a una decena de países, redactó su anteproyecto de resolución. Los países encabezados por China y Japón hicieron lo propio. Prometía la guerra que habían iniciado. El grupo liderado por las naciones asiáticas fueron los primeros en exponerlo.
La sesión fue suspendida tras esa presentación. La Unión Jurídica Antiplástico tendrá que esperar hasta mañana para exponer su anteproyecto.
Plástico, ¿plata o plomo?
Rafael Lacasa | Día 1
La primera sesión del comité de Comisión Jurídica versó sobre las desventajas producidas por el plástico. Los países debatieron qué medidas deberían aprobarse para evitar que continúen los perjuicios, pero no hubo consenso entre las naciones.
La única sesión del primer día tardó en llegar. Hasta las 15:00 tuvieron que esperar los delegados, cuyas ganas eran palpables. También su objetivo: que la resolución fuese aprobada. Así, comenzaron los Estados la defensa de sus propuestas. Se comenzó por el tema A, los plásticos, gracias al aval de todos los presentes. La sorpresa llegó a la mesa cuando sólo 13 de los 30 países optaron por orar.
Las disyuntivas llegaron cuando se propusieron tres caucus moderados. India, Alemania y Brasil se repartieron las propuestas. Los brasileños vieron como sus dos sugerencias, la reducción de los índices de contaminación y las medidas para ayudar a los países a evitarla, fueron sometidas a debate. En cambio, los indios no recibieron el respaldo de las delegaciones. Sí que lo logró Alemania, tras el rechazo a su primera proposición, cuando se debatió acerca de la limpieza de los mares y los océanos.
El primer caucus no moderado tardó en llegar. Pero logró que los países aunasen esfuerzos en lograr un consenso. Varias fueron las propuestas que realizaron las naciones en común. Las principales estuvieron impulsadas por Brasil e India. Se polarizó el debate y las delegaciones eligieron su bando.
India expuso la Unión Jurídica Antiplástico, una organización que pretende establecer tratados internacionales para regular la reducción del plástico. Esta unión consta de tres puntos: la definición del daño ambiental, los antecedentes que se deben tener en cuenta los objetivos generales. Alemania, Japón, y Rusia la apoyaron. En cambio, Brasil propuso el establecimiento de un fondo común del PIB para ese ademán de reducir el plástico. Tailandia, Australia, Kuwait, Corea del Norte, Guinea Ecuatorial y República Dominicana fueron sus aliados.
El egocentrismo entró en el tablero en detrimento de la polarización lograda por India y Brasil. Finalmente, India, a pesar de las críticas recibidas por ser uno de los países más beneficiados por la medida que proponía, reivindicó su compromiso con la reducción de los plásticos a la espera de que los acuerdos entren por la puerta.
La única sesión del primer día tardó en llegar. Hasta las 15:00 tuvieron que esperar los delegados, cuyas ganas eran palpables. También su objetivo: que la resolución fuese aprobada. Así, comenzaron los Estados la defensa de sus propuestas. Se comenzó por el tema A, los plásticos, gracias al aval de todos los presentes. La sorpresa llegó a la mesa cuando sólo 13 de los 30 países optaron por orar.
Las disyuntivas llegaron cuando se propusieron tres caucus moderados. India, Alemania y Brasil se repartieron las propuestas. Los brasileños vieron como sus dos sugerencias, la reducción de los índices de contaminación y las medidas para ayudar a los países a evitarla, fueron sometidas a debate. En cambio, los indios no recibieron el respaldo de las delegaciones. Sí que lo logró Alemania, tras el rechazo a su primera proposición, cuando se debatió acerca de la limpieza de los mares y los océanos.
El primer caucus no moderado tardó en llegar. Pero logró que los países aunasen esfuerzos en lograr un consenso. Varias fueron las propuestas que realizaron las naciones en común. Las principales estuvieron impulsadas por Brasil e India. Se polarizó el debate y las delegaciones eligieron su bando.
India expuso la Unión Jurídica Antiplástico, una organización que pretende establecer tratados internacionales para regular la reducción del plástico. Esta unión consta de tres puntos: la definición del daño ambiental, los antecedentes que se deben tener en cuenta los objetivos generales. Alemania, Japón, y Rusia la apoyaron. En cambio, Brasil propuso el establecimiento de un fondo común del PIB para ese ademán de reducir el plástico. Tailandia, Australia, Kuwait, Corea del Norte, Guinea Ecuatorial y República Dominicana fueron sus aliados.
El egocentrismo entró en el tablero en detrimento de la polarización lograda por India y Brasil. Finalmente, India, a pesar de las críticas recibidas por ser uno de los países más beneficiados por la medida que proponía, reivindicó su compromiso con la reducción de los plásticos a la espera de que los acuerdos entren por la puerta.